Dejarse caer

Me hubiera gustado ser una buena escritora, perfumista en Hermès o decoradora de casas de playa. Soy un poco de todo lo soñado, escribo en las empresas para comunicar y entender, y he tenido el privilegio de impulsar el gran cambio de oficinas que ha permitido abrirnos al color, a luz y al espacio abierto, que son tres máximas que bien podría compartir con Pascua Ortega. Continuar leyendo «Dejarse caer»

Al encuentro de un amigo en Italia

Las vacaciones son un derecho reconocido en el ámbito laboral que, sin embargo, a menudo a muchos nos cuesta disfrutar. Existen los obsesivos con el trabajo, quienes piensan que nadie puede sustituirles, quienes nunca encuentran planes atractivos y los que no tienen con quién disfrutarlas y prefieren hacer como que no existen hasta que les obligan desde recursos humanos. Continuar leyendo «Al encuentro de un amigo en Italia»

Cuando tu vuelves, me voy

Que también agosto en Madrid termina y es bueno sacar algunas enseñanzas, recordar algunas vivencias repetidas y dejar por escrito una Guía de Ruta para 2020.

1- Aunque parezca que todo el mundo coge vacaciones, hay quien como tú trabaja, ha hecho la misma elección o le ha tocado guardia. Y puede ser tu jefe. No eres el único de Madrid que ficha en agosto.

2- El tráfico rodado es más ligero y hasta puedes hacer estimaciones más fiables sobre el tiempo del recorrido al trabajo. Aprovecha que dormir cinco minutos más no supone llegar tarde.

3- Si puedes hacer jornada intensiva, vuelve a comer a casa y rentabiliza la compra de la mesa de comedor. Hay quien para para hacer un kit-kit y aguantar hasta el medio-tarde-día. Comer en casa es un privilegio a precios populares.

4- Aleja revisiones médicas o consultas de tu mente, quizá tus médicos también estén fuera y si vas te toque contar tu historia desde el comienzo de los tiempos . Vete solo al ambulatorio en caso de picadura grave, indigestión de chopitos o receta de urgencia. Tu cabeza merece parar.

No os apelotonéis y empecéis desde septiembre a pedir las vacaciones 2020. Disfrutad del hoy que el mañana es incierto.

Creo que me escaparé unos días: sin móvil, sin ordenador, sin reloj. Pero solo se lo diré a quien tendría que tirarme de las orejas si no vuelvo. Me iré con la sensación de no dejar terminados todos los deberes y de culpabilidad  por irme cuando todos vuelven. Pero también, cuando me quite el reloj que tanto me gusta sabré solo sufriendo se disfruta, que solo trabajando se ganan vacaciones y que cuando vuelva el mundo seguirá girando como siempre. Porque solo soy lo que soy, una pequeña pieza en una organización, empresa, que trata de poner música en un campo de lavanda, dibujar en una moleskine a sus sobrinos, escribir para sus cuarenta lectores y cocinar para los intrépidos amigos.

 

¿Veranear trabajando?

Las salas de espera empezaron a vaciarse igual que los despachos y las amplias salas de trabajo en las empresas. Al llegar agosto, el vacío en Madrid, al menos en la primera quincena, es más evidente. Como buena “provinciana” siempre he mantenido que éste es el mejor mes para disfrutar de la capital, aunque sea trabajando. Pero lo que no baja es la carga de trabajo, al menos para quienes tenemos en nuestros cuadernos de cargas la obligación de impulsar proyectos e ideas. Faltan manos a las que repartir y lo que no sobra el tiempo. La única ventaja es que quizá hay menos presión generalizada. Continuar leyendo «¿Veranear trabajando?»

Y si nos tomamos unas vacaciones

“Ser agradecido es de buen nacido”, rezaba el refranero español. Y es verdad. Y más aun cuando vemos cómo esta virtud, valor, característica, ha caído en desuso. Hay que reconocer las oportunidades que la salud, el trabajo, la vida, las vacaciones nos proporcionan, por eso hay que vivirlas como si fueran las últimas (o quizá las primeras, que tiene más emoción).

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Abierto por vacaciones

Primera parada en Laboratorio. Estiras el brazo para que te hagan los análisis y empiezas a ver como la enfermera prepara uno, dos, tres y hasta quince tubitos. El chiste es fácil, “ para no aburrirse” en un día de calor. Tanta sangre para que te digan que no circula con fluidez, que su calidad no es óptima y que no coagula.

Segunda parada en Medicina nuclear. Estiras los pies para que te pinchen entre los dedos y te introduzcan una de esas soluciones que te hacen botar con una sensación de electricidad y frio que te deja temblando, hablas sin parar hasta que termina de pinchar.

Tercera estación en Sala de Tortura. Asimilados los contrastes, te pasan por una máquina que empieza por hacerte sentir atrapada y va recorriendo tu cuerpo con reflejos, mostrando en una pantalla una silueta de claroscuros con luces en las uñas, en la cintura, en el pecho…

Cuarta parada en la Calle. Mientras sales hasta la próxima dentro de dos horas, ves cómo en el gimnasio junto a la clínica una joven entra con una carpeta y muchos papeles. Está entregando su CV, buscando una oportunidad a más de treinta y cinco grados, con una sonrisa, en una ciudad muerta por el calor, vacía por la estación y ajena a las necesidades.

¿Alguien dijo que la vida es aburrida? No tiene mérito poner tu cuerpo con sonrisa en pruebas inhumanas, mérito tiene no cejar en el sueño de lograr un trabajo en agosto en Madrid.

Aprobar las vacaciones al enfermero

No sé si uno se cura del cáncer, mi impresión es que no. Creo que no cierra etapas de tratamientos, pero que una vez que te ha tocado esta lotería, se repite, sea la enfermedad o sea el cuidado permanente. Pero es quizá el compañero, la familia y los cercanos quienes también necesitan momentos de evasión. Hay que dar y aprobar vacaciones.

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¿Síndrome postvacaciones? Yo no

IMG_6154_POST_POSTEste año he tenido oportunidad de ver como compañeros, familiares, amigos, enemigos, conocidos y pueblo en general se iban de vacaciones a playas, montañas, pueblos y viajes de ensueño. Este año me ha tocado castigada, sin vacaciones. Garbancito Garbancito…, te has convertido en un toca-narices. Menos mal que sólo tengo tu vacío y consecuencias. En mi defensa diré que me he autoflagelado por no poder tomar el sol (así que no piso la playa) y por el cansancio que me hace tener muy poco reprís para aguantar tres días fuera de casa. Continuar leyendo «¿Síndrome postvacaciones? Yo no»

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