Ya no necesitarás bandana

La vuelta al trabajo, o más bien a la rutina, supone abandonar los últimos hábitos adquiridos de vida sedentaria, excesos de comida y bebida, poco deporte y mucha familia; pero también, el 8 de enero conlleva madrugar ligero, desayunar con moderación, cumplir con horarios, gestionar reuniones con orden y aprender todos los días de quienes nos rodean.

Y cuando estás preparando la mochila con el ordenador, el bolso con la credencial de la oficina, la launchera de la comida y has puesto combustible en el coche, recibes un nuevo golpe. Tu compañero de fatigas de tantos años en el mundo de la seguridad ha dejado de sufrir. El cáncer que se mostró en su frente no le ha dado cuartel.

Por circunstancias de la vida, hasta hoy no lo he sabido. Me quedo con los momentos de trabajo vividos para impulsar un proyecto de marketing, el compañerismo de quien quiere lograr hacer grande su empresa, y las gorras que lucía para disimular su calva. JL me demostró siempre que no son mas amigos quienes más se ven, son mas amigos quienes al reencontrarse sienten que se vieron ayer. Ah! y a mí que tanto me costaba como buena navarra, me demostró con los hechos que en el trabajo puedes encontrar amigos.

No habrá un mañana de reencuentro, me guardo tu gusto por las bandanas antes de que ambos tuvieras que pelear más por guardar nuestro pelo.

Pd. Siempre nos quedará un café por tomar y una feria por compartir.

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