Una mujer con sombrero y pañuelo


Cuando preparaba el post para el Día Internacional del Cáncer, le pedí que me grabara una canción para subirla y convertir mi texto en pura vida, en un canto de esperanza y supervivencia. Esos días, como otros, yo casi olvidaba el cáncer salvo por el aporreo constante de mi cabeza doliente y de mi obligación-elección de escribir, inmersa en mi reto por demostrar que puedo con el trabajo y con lo que me echen. Con su voz cantarina me dijo que requería tiempo, que estaba fuera, que había que hacerlo y que me lo mandaría para otra ocasión. Y volví a comprobar que lo importante en la vida está lejos de los despachos.

Nuestro más guapo profesor nos repetía machaconamente en el colegio: “Solo se sabe bien aquello que se ha experimentado”. Ayer cuando recibí la música confirmé que Glo ha marcado mi forma de asumir, vivir, sobrevivir y aprender del cáncer. Porque ella es especial. Desde pequeña nos cantaba con su guitarra en cualquier circunstancia. Y a la enfermedad también sigue poniéndole música, y no por que “quien canta, un sonido le falta”, sino porque ella a la vida se adelanta.

Yo puse en el trabajo gran parte de mi alma y, cuando la vida me afeó, ella me recordó que hay pocas cosas importantes en la vida:
La salud. Podrás tener bienes materiales, pero si no tienes salud nada podrás disfrutar de tu marido e hijos. No pasa por estar tirada tantos días en casa si piensas que el día siguiente será mejor.
La familia. Podrás tener muchos amigos, pero si no tienes un apoyo interior y cercano, no conseguirás remontar. Y gracias a ellos en momentos complejos pensarás que merece la pena el tratamiento.
El trabajo. Podrás tener un gran trabajo cualificado e influyente pero si mueres nadie lo recordará. Quizá las empresas te dejen cuando vean tu desgracia, por eso no puedes ni debes poner tu foco en algo que no tiene ni memoria ni corazón.
La amistad. Podrás tener muchos conocidos, pero si no tienes esos amigos que te escuchan en las noches oscuras, no podrás sonreír la mañana siguiente de trabajo obligado.

Desde que empecé con el blog me propuse escribir entradas cortas, porque creo que tengo poco que contar. Mi cáncer se va superando (espero), sobrellevo los efectos secundarios con la resignación del enfermo crónico de migrañas, mi calidad literaria deja mucho que desear y no quiero aburrir con un tema al que muchos prefieren dar la espalda, aunque a todos pueda tocar (o quizá por eso).

Glo, como canta Silvio Rodríguez, ha sido “Una mujer con sombrero”, ha tenido que llevar sombrero / pañuelo para proteger su cabeza pelona pero no ha dejado de cantar. Sus melodías las ha disfrutamos su familia y amigos y, si hubiéramos logrado que fuera a Operación Triunfo, tendríamos a una Triunfita triunfadora y seríamos una kuadrilla entregada. Sobran mis palabras de agradecimiento para decirle cuánto la quiero.

En este día de fiesta, en el que ella cuida de sus hijos, yo descanso de un proyecto ilusionante, escucho su voz….

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10 opiniones en “Una mujer con sombrero y pañuelo”

  1. El mayor fan de Silvio Rodríguez era nuestro amigo Miguel Ángel , hasta que un día dejó de tener salud y hoy solo es un recuerdo, valoremos las cosas importante que por suerte las tenemos, un besico

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