¿y si bajas de velocidad y evitas un accidente?

Trabajo con la intensidad de quien no ha pasado un trance y cáncer, y piensa que tiene todo por ganar. Un año, hace bastantes, soñé con liderar la comunicación de una empresa, con todo lo que suponía de redactar, mantener la relación con los medios, elaborar comunicados, impulsar acciones de responsabilidad social, trabajar un presupuesto y mucho más. Y en eso estoy, aunque olvide con demasiada frecuencia que con la salud no se juega.

Son altas horas de la madrugada cuando escribo este post, después de despertarme preocupada por no haber incluido algo más en mi plan 2020. Mejor tener menos acciones, más concentradas y focalizadas, me digo intentando dormirme de nuevo, pero no hay manera. Y me encuentro ante el papel blanco alejando la mente del quehacer diario y centrando mi atención en el sueño vital.

¿Qué hace que después de haber pasado por lo que he pasado siga dedicando tantas horas y tanto pensamiento a algo tan efímero como el trabajo? Si tuviera la respuesta clara, estaría en otra situación. Cuando termina el año, sí tengo claro que esto no puede seguir. Quizá implante metodologías agiles para buscar nuevas vías, haga más eficientes mis horas de trabajo con una concentración del esfuerzo y una dedicación diaria a mi otra vida. Son propósitos y cuentan las obras.

Cada noche al acostarme me duele donde se alojó el tumor y cada mañana sigue costándome levantarme por unos dolores reflejos de mi herencia genética migrañosa y mi dedicación a pensar más que a dejarme llevar.

Todos los barros vienen de unos lodos. No cabe duda…

Como si empezara el año

Año nuevo, propósitos nuevos. Va a ser que sí, pero con una diferencia, y son para cumplirlos. Porque lo habitual es empezar con una lista que terminamos tirando a basura, como si de kleenex en tiempos de gripe se tratara, que tiramos hasta los que se han quedado en la bolsita sin usar. Así que he decido elaborar un número reducido y conseguible, como si de objetivos profesionales que marcar a colaboradores se tratara. Continuar leyendo «Como si empezara el año»

Pensar, Planificar y al final evaluar

Los objetivos para el año se fijan en su inicio, se repasan a mediados y se evalúan al final. Al hacer este ejercicio compruebas que la fuerza no es la que tenías, y que los objetivos no se cumplen cuando cambian a mitad de partido mientras aprieta la competencia.

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¿y si la corrección estuviera sobrevalorada?

Desde pequeños nos dicen “eso no se dice, eso no se hace, eso no se toca”. Ya lo cantaba Serrat y hoy tarareándolo lo retomo como propio cuando pienso en lo sobrevalorada que tenemos la corrección. En la infancia nos enseñan, a fuerza de machaque, que toca hacer lo que toca hacer y que la prudencia verbal garantiza la buena educación.

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Un nuevo amanecer

El día amaneció soleado, como era habitual en Acapulco. El mar de frente se divisaba limpio y el sol entraba en la habitación aclarando aún más el blanco de las sábanas. La playa susurraba un canto invitando a sus arenas.

Al bajar las escaleras que daban acceso a la pequeña playa privada, todo se veía más cercano, el inmenso mar se convertía en un amoroso y acogedor abrazo, y el sol en un manto protector de la temperatura. Nada podía semejarse al susurro que el choque de olas, vientecillos y niños correteando.

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