Llegando San Fermin

Salvo algunos privilegiados que veranean fuera de temporada, las oficinas se empiezan a vaciar, los huecos libres crecen, los e-mail con el aviso de “out office” nos recuerdan que son tiempos de relajarse, al menos del tráfico, y vivir como se debe y no como se puede. Los resignados trabajadores que esperan la llegada de agosto para agosto se dividen entre los bronceados que están aprovechando la jornada intensiva para disfrutar de la piscina y los blanquecinos sufridores que convierten la jornada en extendida. Todo sea por terminar todo antes de ponerse en caravana de verano y huir del calor.

Pero un 5 de julio viernes para una navarra es la antesala del Chupinazo. Para los afectos a la ciudad del blanco y rojo empieza una semana de vértigo, que empieza con el lanzamiento de un cohete, termina con un llorado “Pobre de mi”, con una semana de encierros, baile de la alpargata, desayuno con churros de La Mañueta, apartado de toros, aperitivo, comida con ajoarriero si es posible, corridas de toros para unos y peñas para otros, y mucha música, fiesta y encuentros.

Si estás en la oficina en Madrid, vas tardando.

Llegué a San Fermin: ¡Viva San Fermín!

San Fermín es mucho más que un Santo y Pamplona es mucho más que una ciudad que se viste de blanco y rojo. Desde bien pequeña mis madre nos vestía y planchaba primorosamente el pañuelico que los cuatro hermanos luciríamos.

Desde entonces aprendí que para disfrutar de San Fermin hay que saber: Continuar leyendo «Llegué a San Fermin: ¡Viva San Fermín!»

Razones Sanfermineras


Cuando avanzan los Sanfermines 2017, cuando cada mañana no puedo ver el encierro por llegar a trabajar, pienso en las tres razones que tenía para ir este año:
– Mi hermano mayor organiza el mejor aperitivo sanferminero del mundo mundial rodeado de, por supuesto, familiares, amigos, conocidos, clientes … y cada vez más allegados. Como ya escribí… Continuar leyendo «Razones Sanfermineras»

Toca pañuelo rojo

No importa que este año no pueda ir al Chupinazo de los “Larríu del Baztán”, es decir, de mi Gran Hermano Ignacio. No importa tampoco que no pueda ir al Chupinazo de Eduardo Dato porque me han puesto una reunión a las 11 y no tengo forma de escaquearme. Así que, enfundada en vaquero blanco impoluto y camisica blanca he ido a trabajar como otros muchos infiltrados en Madrid. Y lo sé porque he mirado Facebook y allí estaba Iñigo en clase vestido de traje pero con el pañuelico. Continuar leyendo «Toca pañuelo rojo»

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