Y de repente el otoño

OtoñoBaztanCuando parecía que todo se iba colocando en su sitio, caigo de nuevo. Podría ser peor, la jaqueca que me acompaña desde niña en esta etapa parece que tampoco te abandona. Garbancito fue extirpado hace ya unos meses y salvo en pequeños momentos no pienso en él. Ahora queda el hueco que dejó (y tanto que hueco), una cicatriz que confirma el paso del cirujano, los tatuajes que no quise hacerte en tu juventud y que bordaron en radioterapia, un hombro adormilado a veces y una piel que se secó (aunque como casi todo, con constancia y cosmética se recupera cierta flexibilidad). Continuar leyendo «Y de repente el otoño»

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