Repito: lo que sobra, se extirpa

La mejor forma de afrontar la vida, quizá la única, es hacerlo con humor y con una sonrisa. Yo aplico, aunque mi origen norteño y los ascendientes de gentes recias no siempre me permiten parecer tan dulce como soy. Desde el jueves, en que me extirparon muelas, no logro sonreír, ni tomármelo con humor.

No sonrío porque no sé hacerlo. Creo que se me da mejor reír a mandíbula batiente, y eso con un boquete no queda bien. Y menos aún cuando te duelen las pestañas menos. Claro que hasta hoy no sabía que estaba tomando la mitad del antibiótico prescrito. Así, me limito a mirar de lado, para que no vean mi moflete, hablar lo menos posible y no socializar. Continuar leyendo «Repito: lo que sobra, se extirpa»

Sin suerte en la revisión de examen

LeucopeniaMontajeY yo iba a subir nota. En la revisión del examen el Catedrático ha sido claro: tienes una leucopenia. No solo no he llegado al nivel deseado, he salido del despacho con más dudas de las que tenía. Y mira que había comenzado bien el día con un bonito análisis de sangre. Continuar leyendo «Sin suerte en la revisión de examen»

Creces como crece tu pelo

l1- BN -2Hace ya tres meses que Garbancito me fue extirpado. Ahora sí noto especialmente el vacio, el brazo que todavía tira, el hueco que molesta al moverse, la piel que parece a pesar de los esfuerzas pasada por el Sahara.  Cumplo tres meses.
Ayer me corté de nuevo el pelo, para no ver cómo ha salido huyendo sin parar. La radio no suele afectar a la caída pero sí el estrés, y mi cabeza se había convertido en un bosque pelado. Pero Nacho y José que me conocen ayer se encargaron de mostrarme a golpe de peine que mi pseudo-melena crece aunque la cortes. No podía seguir viendo cada día como caían los mechones, a mis ojos en cantidades ingentes. Así que, como si fuera de Elizondo, cortar y tirar también para esto fue la solución. Continuar leyendo «Creces como crece tu pelo»

Aunque sonría hay efectos secundarios

IMG_4905No es verdad que la radioterapia no tiene mayores efectos secundarios. Mentira, mentira, mentira. Sobre todo si aceptamos que la medicina está personalizada y que no hay dos cánceres iguales.

Durante más de una semana no he servido ni para coger el teléfono. Mucho menos para caminar como recomiendan los doctores diariamente ni para darme con rigor una crema hidratante de la alavesa Maria D’uol. Aunque me conformo y digo que esto tiene que ser así. Continuar leyendo «Aunque sonría hay efectos secundarios»

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