Los viernes-tarde no se trabaja

¿Y si creyera que mi cansancio es efecto del tamoxifeno y que mi desgarrado cuerpo es fruto de mi cumpleaños? ¿Y si no todo los males se debieran a mi vida con el brazo dormido? Cada viernes, y ya desde la mañana, espero la salida del trabajo con ansiedad.

Quien estableció la reorganización de la semana laboral y propuso distribuir las horas para disfrutar de la tarde del viernes, sin duda merece un monumento. Esa tarde es el tiempo en que puedes sacar el trabajo de pensamiento que no has podido, hacer los recados pendientes, dormir una siesta o ver un programa de televisión.

Hay quien tiene ideas peregrinas y aprovecha para irse a Palencia a reparar la cabeza, que quizá no tenga remedio y recibir una sesión de acupuntura que alivia cabeza, tronco y extremidades. Porque lo importante en la vida es tener tiempo para lo que uno desea.

Y gracias a tener tiempo puedes ir a un concierto de Pitingo en el que descubres que si vas cumpliendo años al mirar alrededor, que gracias a Garbancito puedes disfrutar de los amigos y que cuando te extirparon el tumor se olvidaron de arreglarte las cuerdas vocales.

PD. A todos no nos puede gustar Metallica querida amiga.

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