El trabajo puede (y debe) esperar.

No han pasado tres meses desde la última revisión cuando me piden nuevas y más complejas pruebas. El ritmo de trabajo que he podido seguir gracias a unas migrañas más suaves me había hecho olvidar lo que se siente un día de pruebas.

Hace un año lo normal era estar gran parte del día en las salas, pasillos, despachos de la clínica. Allí me diagnosticaban, trataban, cuidaban y reprendían si no cumplía.

Hoy, empezar a las ocho de la mañana una tanda de pruebas de medicina nuclear ha sido demasiado. Es tremendo pensar que deberías estar en tu mesa de trabajo avanzando en proyectos que tanto ilusionan, intentando mejorar la vida de los compañeros y buscando soluciones a problemas.

Sólo el dolor de cabeza recurrente y aflorado, el cansancio por la tensión, las sensaciones por la introducción del contraste han podido obligarte a cejar en el intento de teletrabajar para dejarte llevar, descansar, reponerte de cada agresión y pensar que mejor mañana.

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7 opiniones en “El trabajo puede (y debe) esperar.”

  1. Como te entiendo….en septiembre voy a mi prueba de medicina nuclear…..es horroso y pienso en lo tranquilas que estan mis compañeras y el miedo que estoy pasando,pero no me queda otra solo luchar y mirar hacia adelante.
    Animo fuetza y un buen abrazo.

    1. Yo para enfrentarme, reflexioné y me dije:
      1/ cuanto antes empieces, antes terminas: así que llegaba 10 min antes de empezar cada tanda
      2/ hablar con las enfermeras sobre lo bueno y fácil que es trabajar en Madrid en agosto
      3/ pensar que es peor no tener oportunidad de controlar y anticipar.
      Es normal tener miedo, pero hay que pelear para que no te bloquee. Solo es hito que cumplir. Todo pasa!
      Un abrazo,

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