Y si paras un rato y respiras entre ppt y ppt

Trabajar por dinero no basta. Siempre lo he pensado. Y ahora más. Durante una etapa de tu vida persigues el sueño del trabajo bien hecho, reconocido, recompensado y dentro de una trayectoria ascendente. Son años de horarios eternos, de proyectos que crees que son tuyos y que contribuirán. Suponen horas robadas al sueño compensadas con la fuerza de la juventud, la alegría de observar pequeños hitos conseguidos y la satisfacción hacer lo que te gusta.

Nunca hay que perder la ilusión por mejorar el trabajo y la posibilidad de reconocimiento. Lo que si es necesario cambiar es la perspectiva de ascenso. Porque no nos engañemos, como se ha puesto de moda, a partir de cierta edad te vuelves transparente. Pero también es ley de vida pensar que hay que dejar espacio para las nuevas corredoras y empezar a practicar la carrera de fondo.

Cambiar el ritmo es bueno, porque te permite ver desde el vagón del tren el paisaje por el que transitas, las llanuras que nunca habías admirado, no estar esclava del ordenador y confiar en que todo sale a tiempo. Hay que empezar a pensar que la experiencia te quita fuerza, pero te da habilidad.

Releo lo anterior, me parece que queda bien y que es verdad, pero me cuesta aplicarlo. Si hablamos mucho de lo que nos cuesta salir de la zona de confort es peor no lograr salir del recinto de los malos hábitos y excesos. Y no hay que hacerlo cuando la vida te ha dado más de un aviso sobre la fragilidad del ser humano, hay que empezar a cuidarse cuando se sale de la universidad para empezar bien la carrera, a mitad de la misma para no desfallecer y al final para terminar con dignidad.

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