Hoy se estrena en los cines la película “Lo que de verdad importa” y, aunque tenía previsto escribir sobre Molière, la actualidad, obliga. Paco Arango se atreve de nuevo a impulsar un proyecto que rezuma positividad, que falta nos hace, viendo los díarios de sucesos, la política nacional e internacional, la climatología alterada y por supuesto los últimos estudios sobre la importancia de la alimentación. Recomiendo verla, aunque yo todavía no he podido, no perdérsela, eso sí, tengo tres buenas razones.
- La historia pinta bien. Un joven que debe reiniciar su vida en Escocia y por cambalaches de electricista se convierte en “sanador”. Tendrá que asumir ese don o…. No destrozaré el argumento, no vaya a ser que mis amigas de Elizondo me prohíban, además de contar chistes, narrar argumentos.
- El 100% de los beneficios irán destinados al cáncer infantil. Como causa es incontestable. Porque ningún niño que padezca esta enfermedad merece pasar tanto tiempo en hospitales. En tiempos en los que las subvenciones dicen “faltar” y los costes requieren imaginación, embarcarse en una aventura como esta, merece el premio del público sin contestación.
- El cine sin complicaciones merece la pena. Desde que me dijeron que Garbancito se alojaba en mí, sólo quiero ver películas de amor y lujo, o, en su defecto de acción controlada y buena fotografía, para desesperación de mis fieles compañeros de salas. La simple imagen del cartel anunciador transmite serenidad, alegría y esperanza, que falta nos hace.
Me hubiera gustado asistir al pre-estreno en Bilbao con mi buen amigo y compañero Jaime, un tipo que comparte desde hace un tiempo el camino para recuperar la salud; y que algunas noches me cuenta su jornada, sus andanzas y que, como yo, sueña y quiere soñar que lo mejor está por venir. Él, como buen fotógrafo, sí pudo compartir el preestreno y yo sentí ese día que, como Alec protagonista de la peli, tenía un don, el de estar allí cuando pudo disfrutar de una película que ¡no nos dejará impasibles!
Precioso como siempre. Tenes q escribir un libro
Gracias vecina. Me encantaría escribir, pero creo que hay que ser muy valiente para atreverse a que tus palabras queden en papel. Conste que me encantaría, pero creo que no tengo tanto que contar. El blog es ese pequeño espacio que me ha permitido no tener que decir muchos días que a lo largo del camino que he tenido y tengo, muchos días malos. Cada mes es un mes de éxito, pero todavía los médicos no me han dado el alta y por eso no puedo plantearme escribir nada que no tengo un horizonte largo. De momento. Pero reinsisto que me encantaría.