El olor a lavanda en concierto

FestivalLavandaMano 2016Antes de que Garbancito apareciera en mi pecho para ser extirpado, trabajaba, disfrutaba, leía, iba al cine…., y mucho más. Así que cuando me recordaron que estaban a la venta las entradas para ver el Festival de la Lavanda de Brihuega no dudé. Como Daniel Josier, Ramón Monegal Jean Claude Ellena y el alma de Emilio Valeros, a mí la lavanda, el vetiver, el Iris, y tantos otros me transportan a una vida soñada y vivible. Llevaba años soñando con oler, ver y escuchar esta experiencia morada.

Los efectos de las pastillas que me están bloqueando hormonalmente no pudieron impedir que sintiera:
– El olor de la lavanda es tan fuerte como sutil cuando está en su lugar. Te acoge y te arropa cuando te sientas en la silla de madera, con el afecto del perfume de hogar y una sensación de déjà vu, déjà reconnu.
– La visión de los campos de Brihuega parece un cuento. Las hileras de espliegos se reparten como la buena vid, con ligereza pero bien pegados a una tierra dura. Ambas cambian con el tiempo, por eso tanto tiene que ver el proceso de constitución de un vino con el de un perfume.
– El sonido es único. Puede soplar el viento y en ciertos momentos dificultarse la audición de esa voz quebrada y doliente, de esa poesía cantada, de ese chelo, de ese violín o de una trompeta; pero nada tapa el susurro de la lavanda como verdadera protagonista. Todo el resto son acompañamientos.

Escuché un Zenet desconocido, entrecortado por las inclemencias pero cautivado como todos por el teatro principal de la naturaleza. Y no pude terminar, era demasiado esfuerzo para un cuerpo golpeado por las migrañas de viernes, había forzado quizá a mi cabeza para no perder un rayo de sol, un tono, un solo aroma tal vez.

Hay quien sueña con ser actor, manager, ingeniero, experto big data, developer, evangelistyo sueño con seguir escribiendo con los ingredientes del espliego, la música de mis cantautores, la inspiración de todo lo que me rodea y, sobre todo, con una salud cada día un poco mejor que me permita recobrar esa nitidez de vista que hoy me falta, esa finura de nariz que me permita impulsar el aroma del viaje a la salida del cáncer, la seguridad en las palabras bien escritas y el tacto para comprobar qué no es un sueño, que vivo conmigo y con todos los que me rodean.

… y aunque fue hace unos día, no podía dejar de compartirlo.

Sígueme y da me gusta:

2 opiniones en “El olor a lavanda en concierto”

  1. Me encanta haber descubierto gracias a ti ese paisaje de lavandas. Muchas ganas de conocerlo en directo. Te seguiré leyendo con gusto.

  2. Como uno en la vida va viviendo a través de los demás. Si no me hubieras compartido tu experiencia olorosa y musical, como niña que no sabe guardar un secreto. Que privilegio tuvieres para ocupar el selecto momento.
    Como la exquisitez te va apartando a minorías escondidas. ¿como te enteras de espacios tan maravillosos con que te regala La Vida esa dicha envidiable? Ese abrigo distrae suavemente, supone un lapsus a ese invitado de piedra que portas sin que quieras, a tus migrañas. Parece que aparcaste todo durante semejante delicadeza natural.
    Cuando las imprudentes molestias se pongan pesadas transpórtate como si tuvieras el don de hobicuidad a esa Briguega de floridos olores en este paraje sin igual….que suertuda tu y que suertuda yo que desde aquí huelo ese sonido que mece el instante como nana para el alma…..
    Gracias por compartir ….tú escrito muy bueno ….un beso fuerte y cúrate ya y vente para aquí a vernos y a que te disfrutemos. Deja allá cuando puedas tus desvelos, sabes que en nuestro pais de otro lado del charco se cura todo.
    Beso.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.

error

Te gusto la entrada? Por favor, comparte :)