Ansiosa espera

Esperar en la vida es lo normal. Y es verdad que “quien espera desespera”. Hay mujeres capaces de hacer tres y cuatro cosas a la vez, los hombres por su naturaleza y constitución lo tienen más difícil. Algunos lo logran, son los menos. Las horas en este estado se hacen eternas. Incapaz de concentrarme, me resulta difícil avanzar con el trabajo encomendado.

Hasta el mediodía y hasta la hora de comida, las horas parecen doblar su tiempo, cuentan con ciento veinte minutos, los pensamientos se disparan hacia el cielo con recuerdos, sueños y pesadillas.

Todo cambia por momentos. Ellos comentan la situación general del país. Mientras uno espera desesperadamente, sólo ve un garbancito que crece poco a poco. Si comes mucho ¿crece más rápido? ¿si tardan un mes en operar se habrá convertido en planta?¿si no se actúa sigue atrapando al resto de celulitas y vecindario que lindan con él? Garbancito escucha a mis compañeros y también se ríe cuando entramos en una conversación poco habitual para los educados en ciertos colegios, universidades y formados en familias de cuidadas costumbres.

Al llegar a casa el Iphone arde. Amigos con frases de aliento, sobrinos dispuestos a venirse a Madrid a cuidarme, conocidos dispuestos a compartir experiencias, hermanos incondicionales. Y me viene a la mente la frase de una bisabuela que decía un día de funeral “me siento más besada que la Virgen del Pilar”.

Voy a pellizcarme. Me noto igual. Las molestias son sugestión, sólo el insomnio se ha agudizado, pero como a la mayoría/muchas personas que inician un proyecto con ilusión y ganas de triunfar. Cambio proyecto por salud. El insomnio cambia de motivo.

Sígueme y da me gusta:

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.

error

Te gusto la entrada? Por favor, comparte :)